domingo, 22 de agosto de 2010

El lenguaje de los signos.....

Aprender el lenguaje de los signos :

Que emoción debíamos sentir cuando nos estimulaban, con ciertos hábitos, en nuestra niñez al alcanzar ciertos objetivos. Estos, nos ayudaron a ir aprendiendo lo necesario en este incipiente comienzo de nuestra vida. Más adelante, de adolescentes, fuímos conociendo y también marcándonos , no sin estrategias parecidas o con otro tipo de reglas , no ya tan gratificantes ya que conllevaron otro tipo, dada la necesidad de alcanzar el bien común a cambio de unas contra prestaciones (¿eramos egoistas?), que por supuesto nos ayudaron a conocer lo que iba ser, el deambular y elegir los caminos que la vida nos iba a presentar, pero como esto va a desviarse de lo que es el mótivo de este artículo, lo reconduciré. Unos u otros (llamense padres, educadores,etc.) nos darán a conocer y valorar las reglas de juego , tan necesario para nuestra propia subsistencia.

Todo ese aprendizage, lo hemos llevado a cabo por medio del lenguaje, bien por signos, códigos del lenguaje o de la propia expresión. Dando a entender nuestras necesidades por medio de estos códigos. Todo ello excelsamente expresado por el maestro y filósofo José Antonio Marina en su Teoría de la inteligencia Creadora.

Nuestro cerebro primigenio, estaba diseñado para trabajar por impulsos con tal de aplacar la ansiedad y poder así saciar nuestras necesidades más perentórias. - No cazábamos, sino que nos desahogábamos y así nos alimentábamos. Por entonces, podíamos correr detras del becerro, dado que nuestro olfato era más sensible que el de ahora, llevarnos y seguir la pista, además de excitar nuestro cerebro, llevándonos a alcanzar la presa. Por entonces estábamos sujetos como los sonámbulos, que son capaces de no topar con ningún obstáculo sin ser consciente de nuestra propia somnolencia "despierta".
Hasta que no fuímos capaces de identificar la huella clavada en la tierra, ese signo que pudiera identificarnos al animal, y su estado, llevándonos a la orientación y con su interpretación, iba a ser el que iba a alejarnos de la tiranía de contemplar el animal, sin la necesidad de ir tras él para darle caza. Nos dimos cuenta de que podíamos identificarlo e informar al resto de nuestros congéneres sobre su estado, nuestras necesidades, y alcanzar juntos un objetivo común. Marcamos desde entonces, los momentos y llevamos acabo sin prisa pero sin pausa por el bien común un fin . Murió el cazador itinerante.

Los signos, la comunicación mediante la cual el lenguaje nos salvó de la irracionalidad, de los impulsos obsesivos. De la ansiedad de cazar por alcanzar la presa que después nos comeríamos, pasamos a usar la inteligencia sobre los impulsos. Sin embargo parece que retrocedemos en el tiempo. Necesitamos esa sensación a no darnos cuenta que seguimos y necesitamos movernos por impulsos- Ahora que hemos aprendido el lenguaje de los signos. Somos incapaces de interpretarlos.
Los mensajes que nos llegan sobre determinadas enfermedades no visibles e indoloras en su incipiente y latente intromisión en nuestro organismo, no nos cuidamos. Seguiremos fumando por ese impulso placentero y compulsivo. Seguiremos en el trabajo sin darnos cuenta que el estres y la falta de concentración no nos dejará descansar lo suficiente durante las noches y conllevará un sobre esfuerzo continuo y que nuestro organismo sufrirá. Oigamos y asesoremos nos por profesionales que seguro nos ayudarán a salir de esta sin razón. Que nos ayudarán a fijarnos en la comunicación entre cuerpo y mente.

Paremos unos instantes al día para la reflexión, valoremos como personas maduras, tan sólo necesitamos unos pocos minutos. Veréis que bien nos sienta y poco a poco nos ayudarán a sobre llevar las cargas y decisiones de nuestra jornada , valorando lo que realmente es urgente a y necesarias en esta.

Acabaremos identificando, como ya he dicho , esos signos no ya tan sólo los nuestros sino los de los demás que hacen alterarnos y no deben hacerlo.

Un saludo en pleno periodo vacacional.