jueves, 20 de diciembre de 2012

Navidad y mi regalo - tú eres un regalo. ¿Lo sabes?

Aun que una carta de un día cuaquiera debiera empezar así, por estas fechas la vamos a personalizar.

Llega la Navidad, si. Un año más si. Seguimos sumando BIEEEEEN y esta diferencia es la que me alegra de que llegue.

Otro año compartiendo, ¿Compartiendo qué? No es necesario que le demos un objeto o sujeto a la expresión compartir para contestar. Compartir es ; el verte, compartir esa mirada. El escucharte escucharme, compartir esa confidencia que tanta falta me hacia / te hacía.  Compartir ese ratito comiendo juntos esa magnífica comida que con tanto amor preparaste / preparé para deleitarnos. Compartir esos paseos juntos por el monte oliendo la hierba fresca por la escarcha que tanto nos gusta. Y sí abrazarte abrazarnos el día que más lo necesitaba lo necesitabas.
 
Compartir esas sensaciones, más importantes que el salir corriendo a por ese regalo que no sé si acertaré o si de verdad, te podrá hacer recordar todo lo vivido este año juntos.

Por ello, te ofrezco otros 365 días para COMPARTIR contigo-conmigo con todos, otro año de felicidad que es lo que te mereces, nos merecemos por saber compartir esos momentos con aflicción a veces sí, conocemos y reconocemos que la vida es esto por ser plenamente conscientes de lo que la vida significa pero también con esa misma suerte de que después, al día siguiente sentiré la alegría también porque sé que estas ahí, quiero te quiero y si quieres.   
 
Para los que hoy se afligen por un motivo u otro, os dejo algunas recomendaciones de Ray Williams que nos hizo llegar en Psychology Today y así sobrellevar y como debe ser disfrutar así de estos días.
 
Enfoca tus pensamientos hacia todo aquello bueno que evoca la Navidad, ver a personas que hace tiempo que no veíamos, compartir más tiempo con la familia, ver como los más pequeños disfrutan…
 
Cuestiona cualquier representación “perfecta” de la Navidad que te quieran vender. Evita expectativas, disfrutando el momento y olvidando como se supone que deberían ser las cosas.

Implícate en actividades de voluntariado. No económicamente. Acércate y pregunta en que puedes ayudar a personas que lo están pasando mal.

Cuestiona cualquier representación “perfecta” de la Navidad que te quieran vender. Evita expectativas, disfrutando el momento y olvidando como se supone que deberían ser las cosas.
 
Haz un balance de lo que tienes, más que pensar en aquello que no tienes o que has perdido.

Evita las lamentaciones acerca de tu vida

Actúa y haz cosas divertidas en estas fechas. Participa.

Si eres religioso, acércate a la iglesia.

Comparte, te sentirás bien harás bien.